Con la entrada de la primavera y el aumento de las temperaturas, muchas personas recuerdan aquellos propósitos de inicio de año que tenían que ver con “ponerse en forma”. Esto puede afectar directamente a nuestra autoestima, ya no solo porque sean propósitos que se han quedado por cumplir o no se están cumpliendo como nos habíamos imaginado, también por las presiones sociales que se generan. En verano mostramos más nuestro cuerpo y no para todas las personas es fácil ponerse en bañador o llevar menos ropa por el calor. La visión que tenemos sobre nosotros mismos y nuestro cuerpo está directamente relacionada con nuestro entorno, no solo depende de nuestra percepción. Cambia, se ve afectada y le influye tanto las opiniones como los estándares sociales. Es decir, lo que sucede, lo que escuchamos, lo que vemos, todo influye en la forma que nos percibimos. Cuando hablamos de que la llegada del verano afecta a nuestra autoestima es porque nuestra propia percepción se ve afectada por anuncios de televisión, imágenes en redes sociales y mensajes que tienen que ver directamente con ciertos tipos de cuerpo estandarizados. Los escaparates se llenan de ropa para esta temporada y toda gira en torno a unos cánones de belleza determinada. Esto ocurre constantemente, pero si bien es cierto que el bombardeo de la llamada “operación bikini” nos persigue, incluso con ofertas o anuncios sobre gimnasios o dietas milagrosas. Esta sobreexposición a mensajes constante sobre cuerpos estandarizados y bronceados dan lugar a muchas inseguridades en nuestro día a día, algo que puede llegar a perturbar la salud mental y la estabilidad emocional de algunas personas. Hablamos incluso de limitar nuestros planes, pudiendo querer evitar ciertas conductas o acciones para no tener que exponernos. La autoestima juega un papel fundamental en nuestra salud mental, bienestar emocional y calidad de vida en general, afecta a todas las áreas de nuestra vida. Por ello no podemos descuidar ningún factor que pueda estar influyéndola. ¿Cómo nos valoramos y nos percibimos a nosotros/as mismos/as?Es una cuestión complicada, que podría contestar a la pregunta: ¿Qué es la autoestima? Y que depende de muchísimos factores tanto externos como internos. Su respuesta también está condicionada por el momento de nuestra vida, el contexto concreto por el cual estamos pasando. Un evento u acontecimiento puede influir directamente a nuestra autoestima, como en este caso puede ser la llegada del “buen tiempo”, de la época de verano. La autoestima es todo lo que se relaciona con las creencias que tenemos sobre nuestras habilidades, capacidades, nuestra apariencia física, el valor que nos damos como individuos y el valor que sentimos que tenemos en la sociedad, en nuestros diferentes núcleos relacionales (familia, amigos, trabajo…). Una autoestima saludable no es solo cuestión de que todos estos factores se valoren positivamente, implica también ser capaces de ser realistas en nuestros juicios. Conocerse, aceptarse y respetarse. “¿Quererse a uno mismo?”, “¿valorarse?” “¿confianza?”, “¿aceptar tu aspecto físico?”… El mero hecho de definir la autoestima ya se hace complicado, porque en muchas ocasiones se ve como algo que o se tiene o no. “La autoestima es una variable psicológica esencial para nuestra salud y cumple un papel clave para tener una relación positiva con nuestro entorno, pero a veces es posible que se vea afectada por diferentes variables. Dada esta descripción deberíamos considerar que la autoestima es algo bueno y simplemente hay personas que pueden tenerla más baja, pero eso no significa que sea mala o que no la tengan. El lenguaje, la forma en la que nos hablamos y en la que pensamos, es esencial para empezar a marcar la diferencia y una de las grandes claves para trabajar en nuestro bienestar emocional.” Puedes pegarle un vistazo al artículo en el que hablamos sobre la autoestima, qué es y claves para mejorarla. Una autoestima dañada puede provocar consecuencias negativas para la salud mental de las personas:
¿Qué debemos tener en cuenta?Trabajar nuestra autoestima como forma de autocuidado Durante el verano podemos aprovechar muchas formas de autocuidado y/o entretenimiento que sumen a esta época, aunque a priori no sea nuestra favorita. Podemos aprovechar el tiempo, encontrar alguna actividad que nos motive relacionada con deportes acuáticos o al aire libre. Estas actividades no solo mejoran nuestra salud física, sino que también aumentan nuestra sensación de bienestar general. Nuestra relación con esta época del año mejorará si conseguimos disfrutar de cosas que la vinculan a esta satisfacción y además estaremos invirtiendo tiempo en nuestra salud. Todos esto fortalece nuestra autoestima, ya que no solo hablamos de la apariencia física. Establecer Metas Realistas Esto sirve para cualquier época del año. Tendemos a pensar que si no se han cumplido nuestras expectativas o algo no nos gusta, queremos cambiarlo de la noche a la mañana o establecer objetivos demasiado elevados, para el tiempo que verdaderamente tenemos. El cuerpo, como la mente, necesita su proceso de adaptación y aunque querer mejorar nuestra apariencia puede llevarnos a hábitos saludables como comer mejor o realizar deporte, no debemos olvidarnos de que los excesos pueden ser tan malos como los defectos. Hay que establecer metas realistas y lo saludable no está en alcanzar una forma de cuerpo determinada, para cada uno y para cada una puede tener resultados muy diversos y ningún indicativo se relaciona con un estándar de belleza de la sociedad. La salud física es esencial para nuestra salud mental y viceversa. En lugar de obsesionarse con la pérdida de peso o la apariencia física, podemos establecer objetivos que promuevan una alimentación saludable y el establecimiento de nuevos hábitos deportivos a través de actividades que aumenten nuestra motivación y disfrutemos de ellos. Si no lo hacemos de esta manera corremos el riesgo de que nuestro ansiado hábito de hacer deporte, por ejemplo, este absolutamente ligado a esta época en la que nos exponemos más ante los ojos de los demás y lo perdamos tan rápido como vino, que no seamos capaces de mantenerlo para el resto del año. Cultivar Relaciones Positivas Como hemos comentado antes, nuestra autoestima se ve influenciada por lo que piensan o creemos que piensan los demás sobre nosotros y nosotras, en todas las esferas de nuestra vida. Debemos cuidar nuestras relaciones personales y prestar atención a los mensajes que estas nos envían, no solo en esta época del año, pero es esencial marcar límites con personas que opinan sobre nosotros y nosotras desde un punto de vista crítico y nada constructivo. Esto también podemos tenerlo en consideración para con los demás. Si emitimos juicios o comentarios sobre el aspecto físico de otras personas, estamos contribuyendo a un entorno que fomenta la comparación y la autocrítica, podemos estar afectando directamente sobre su autoestima. En muchas ocasiones lo hacemos basándonos es estos estándares que marca la sociedad, no solo en belleza, también en lo que son los cuerpos saludables (nada tiene que ver un peso o unas medidas con la salud si no está contextualizado a cada uno y cada una). Estos comentarios pueden hacer muchísimo daño a las personas, que pueden estar pasando por circunstancias determinadas que no conocemos, por situaciones o circunstancias absolutamente determinantes. Además, al expresar opiniones sobre los cuerpos ajenos, perpetuamos la idea de que el valor de una persona está en parte ligado a su apariencia física, dejando en un segundo plano otras múltiples cualidades que forman parte de nuestro ser. Pide ayuda Como hemos repetido en varias ocasiones, este tipo de problemáticas afectan a todas las esferas de nuestra vida. Si sentimos que la percepción sobre nosotros y nosotras mismas está afectando a nuestra salud emocional y limitando nuestras conductas, podemos pedir ayuda. Los profesionales de la psicología pueden darnos las herramientas necesarias para empezar de forma saludable los cambios que nos gustarían abordar sobre nuestro aspecto físico, detectar influencias que hacen que tengamos percepciones sesgadas y negativas sobre nuestros cuerpos, establecer metas realistas y aceptarnos a través del autoconocimiento.
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