Estrés por Exámenes: como funciona y trucos en Valencia

Los niveles altos de estrés perjudican la buena ejecución de las tareas cognitivas y físicas que vayamos a realizar. Los nervios provocan que fallemos más, que olvidemos temporalmente las respuestas y el contenido de lo que hemos estudiado. 

Todos hemos vivido esas situaciones en las que fallamos una pregunta que nos sabíamos perfectamente o nos quedamos en blanco de repente, tras estudiar y memorizar a la perfección una materia. 

Sabiendo esto sería muy fácil llegar a la conclusión de que el mejor aliado para una prueba importante (un examen o una entrevista de trabajo) es la tranquilidad, pero conseguirla es muy difícil o casi imposible en estas situaciones. 

Por ello, en este artículo vamos a hablar de herramientas psicológicas que podemos emplear para, como poco, sobrellevar y mantener a raya el estrés.

¿Cómo funciona el estrés?

El estrés es una respuesta útil en algunos contextos. Este sistema de alerta puede servirnos para poner en marcha las herramientas que necesitamos para afrontar problemas, pruebas o demandas. 

Como vimos en el artículo que escribimos sobre la ansiedad, podemos definir la ansiedad como: “un estado de alerta que prepara a nuestro cuerpo para poner en marcha los mecanismos necesarios para salir o afrontar de una situación que valoramos como posiblemente peligrosa. Cuando nos referimos a una situación peligrosa no solo estamos hablando de una situación de vida o muerte, nos referiremos también a situaciones cotidianas en las que están en peligro nuestros intereses vitales y se desarrolla en el contexto de presiones, demandas y estresores de la vida cotidiana.”

Hay muchas actitudes y pensamientos que alimentan el estrés cuando nos encontramos en estas situaciones. No debemos olvidar que enfrentarnos a un periodo de exámenes genera una grandísima presión que muchas veces viene autoimpuesta. Las expectativas que generamos ante el día de la prueba o los resultados, no solo son positivas o basadas en la realidad, muchas veces nos dejamos llevar por el negativismo y nos ponemos en las peores situaciones de antemano. Auguramos un futuro incierto y fundado en las consecuencias de no pasar la prueba y dedicamos nuestro tiempo en tener esas consecuencias y en buscar soluciones a problemas que ni siquiera tenemos todavía. 

Ser precavido y valorar todas las opciones son buenas herramientas para organizarnos nuestro tiempo y lo que está por venir, pero todo debe de tener su momento y su toque de realismo. Antes o durante el exámen no debemos imaginarnos estos resultados y alimentar los pensamientos sobre ellos. Pensar en que vamos a fracasar nos provoca ese estado de alerta previo y sin justificación que impide que centramos nuestra atención en la tarea. 

Trucos para evitar que el estrés nos afecte

La preparación psicológica ante este tipo de situaciones es esencial para poder hacer frente de manera efectiva al estrés. No debemos olvidar que la ansiedad no solo tiene consecuencias en nuestra ejecución y nuestra salud emocional, a nivel físico también puede jugarnos malas pasadas convirtiendo el malestar en un círculo vicioso que afecta a todas las áreas de nuestra vida. 

Como la base de la ansiedad ante los exámenes está en nuestros pensamientos, debemos trabajar en ellos y ayudarnos de todas las herramientas que nos permitan gestionar ese estrés. 

Estudiar en varias fases aumentará la seguridad

Además, si nos organizamos el estudio en distintas etapas también reduciremos el estrés asociado a la sensación de falta de tiempo. Estaría bien poder optar a tener varias rondas donde los objetivos sean también diferentes: Esquematizar, entender, memorizar y repasar.
De esta forma, dividimos el peso total del estudio en etapas más cortas y también será más llevadero para el rendimiento y la sensación de sobreesfuerzo que causa empezar a memorizar de golpe y sin organización.  

Buscar apoyo 

Tener un grupo de personas con las que compartir el estudio, un tutor al que acudir cuando tengamos dudas y apoyo para buscar momentos de descanso nos ayuda a centrarnos. Las dudas de los demás pueden ayudarnos a entender y memorizar mejor la materia y tener un apoyo de referente nos facilitará no sufrir tanto estrés ante momentos de incertidumbre o que sintamos que nos hemos estancado. 

Técnicas de relajación 

Poner en prácticas diversas herramientas de relajación para utilizarlas en los momentos que sintamos picos de estrés o para mejorar nuestra higiene del sueño, facilitará no mantenernos de forma constante con la sensación de ansiedad. Un profesional de la salud psicológica puede ayudarnos a que comprendamos y pongamos en marcha de forma correcta una técnica que se adapte a nosotros y la situación. 

Realizar simulacros de exámenes

Como hemos comentado anteriormente, la organización es esencial para evitarnos una sobrecarga y con ello estrés. Si realizamos también pruebas o simulacros de exámenes, no solo estaremos repasando y afianzando el conocimiento, estaremos también aumentando nuestra seguridad en nosotros mismos y en nuestra ejecución. 

Además, poder estar en contacto con una prueba similar nos dará información relevante sobre el tipo de preguntas o la estructura del exámen. 

Ser puntual 

No solo es importante cuidar los momentos de estrés que podemos sufrir durante la etapa de estudio, el día del propio exámen será cuando estemos más expuestos a que la ansiedad aparezca de forma brusca y con más intensidad. Si llegamos con tiempo al exámen nos evitaremos tener que correr, las prisas y el estrés de pensar en la posibilidad de no llegar a tiempo. Eso sí, la puntualidad no implica que convirtamos el no llegar tarde en una espera infinita. 

Evitar el repaso de última hora

Probablemente esto no sea la primera vez que lo escuchas, pero estudiar el día antes del exámen, y mucho más momentos previos a él, es perjudicial para los conocimientos que hemos memorizado. 
Este repaso de última hora solo aumentará tu nivel de estrés y es mucho más beneficioso para nuestro cerebro llegar al examen relajado y habiendo realizado actividades que nos permitan desconectar. Ya sabes, si te organizas bien el tiempo no será necesario mirar nada en los últimos 5 minutos. 

Piensa en positivo

Lo que pensamos, la forma en la que nos hablamos y cómo nos valoramos, y valoramos las actividades que estamos realizando, pueden marcar la diferencia en nuestra ejecución. La ansiedad se alimenta de todos esos pensamientos negativos que invaden nuestra cabeza en situaciones que detectamos de peligro. 

Pide ayuda profesional

Muchas personas no saben que existen muchísimas herramientas para saber organizar mejor el tiempo y enfrentarse mejor al estrés y la ansiedad que pueden ocasionarnos estas circunstancias. La ayuda psicológica puede ser una gran aliada para prepararnos exámenes importantes y hacer frente a pruebas relevantes en nuestra vida.