¿Cómo ser más sociable? en Valencia

Las personas somos seres sociales e independientemente de las características de nuestra personalidad, que son diferentes en cada persona, necesitamos socializar y estar en contacto con otras personas.

Pese a ello, no todas las personas desarrollan las mismas habilidades para socializar e incluso algunas tienen dificultades en este ámbito. Estas problemáticas pueden impedirnos sentirnos a gusto en nuestra vida y con nuestro desarrollo personal.

Seguro que has escuchado hablar a alguien que le cuesta relacionarse o que prefiere no hacerlo, que sus gustos o intereses están alejados de esa socialización. No es malo per se ser más o menos sociable o tener intereses más solitarios, pero sí que puede ser un problema tener dificultades que nos impidan hacerlo si nos apetece o es necesario, por ejemplo por trabajo. Por eso, es importante cuidar nuestra forma de relacionarnos con los demás, ya que esto nos permite acceder a aprendizajes e intercambios sociales necesarios para conocernos y desarrollarnos de forma positiva en todos los ámbitos de nuestra vida.

Socializar

La socialización es el proceso de aprendizaje que se da a lo largo de la vida de una persona sobre los elementos socioculturales de su entorno y que posteriormente influye en el desarrollo y estructura de su personalidad. Este proceso es diferente para cada persona en función de sus experiencias y la influencia de diferentes agentes sociales.

En el desarrollo de este proceso interviene la familia, los amigos, la escuela, la televisión, medios de comunicación… Son muchos los agentes sociales que influyen directamente en este proceso. Además de las normas que existen en nuestra sociedad que marcan y regulan nuestra forma de comportarnos y nos permiten entender e introducirnos en los diferentes grupos sociales.

En función de cada circunstancia unos agentes sociales tendrán más peso que otros, al igual que a lo largo de la vida esta influencia va variando. Normalmente, nuestro primer y más importante contacto en la infancia es la familia, el entorno más cercano que nos rodea. Posteriormente, ese contacto con el mundo exterior se amplía y se llena de influencias nuevas que vamos descubriendo en la escuela, los amigos, las parejas o el trabajo.

Son estos contactos los que nos enseñan esas pautas de comportamiento e interacción con el entorno social y el medio.

Las habilidades sociales

Cuando hablamos de habilidades sociales nos referimos a herramientas que nos permiten y facilitan el contacto e interacción con los demás. Son conductas y comportamientos de las personas que les facilitan establecer vínculos sociales de calidad.

Podemos describirlas como la capacidad de poder expresar nuestras emociones, decir lo que pensamos, poder pedir lo que queremos y lo mismo hacia los demás (entender,

empatizar, comprender emociones, etc.). Es decir, poder comportarnos en función de la situación y la persona de forma adecuada respetándonos y respetando a los demás y todo esto sin sentir incomodidad o tensión.

Los motivos por los que una persona puede tener más o menos dificultades para desarrollar estas habilidades pueden ser diversos y tener diferentes orígenes, pero lo que está claro es que son habilidades y como tales pueden ser aprendidas a lo largo de toda nuestra vida.

¿Qué puedo hacer para mejorar mis habilidades a la hora de socializar?

Trabajar la autoestima

Antes ya hemos comentado la importancia que tiene en las habilidades sociales ser capaces de expresar deseos y permitirnos conocer y entender nuestras emociones.

Para tener una buena forma de relacionarnos con los demás tenemos primero que poder relacionarnos de forma afectuosa y positiva con nosotros y nosotras mismas.

La autoestima “podemos describirla como un conjunto de creencias, de valoraciones y percepciones que a través de nuestros pensamientos crean una imagen de nosotros mismos, basada en la experiencia.”

Puedes leer más sobre el artículo en el que explicamos cómo mejorar la autoestima.

No juzgarte, ni presionarte

Una de las razones por las que nos puede costar relacionarnos puede ser el temor a que las cosas salgan mal o no salgan como nosotros/as queremos, puede que tengamos experiencias negativas sobre esto en el pasado.

No podemos controlar todas las variables cuando socializamos con el entorno u otra persona. No podemos controlar cómo estará esa persona o todo lo que va a suceder, así que debemos de intentar no poner el foco solo en nosotros mismos.

No te responsabilices por cosas que no tienes control sobre ellas. Céntrate en lo que sí puedes hacer para mejorar esos contactos. Estar abierto, amable y receptivo.

Aléjate de los prejuicios

Aléjate de pensamientos que implican un todo o nada cuando valoramos una situación, el entorno o personas.

Puede que de primeras pensemos que hay más diferencias que similitudes entre nosotros y otras personas, pero de antemano no te impidas experimentar el proceso de conocer a alguien o entablar una conversación.

Trabaja el lenguaje no verbal

Hay algunas cosas que pueden ayudarnos a la hora de iniciar o mantener conversaciones y contactos con los demás. Son claves sencillas que predisponen de manera positiva a que esos contactos puedan ser más agradables:

• Sonreír: y no hablamos de sonreír constantemente o de forma forzada, pero al saludar a alguien o ante determinados puntos de la conversación que sean más graciosos o discernidos. Este gesto facial relaja el ambiente y puede ayudarnos a sentirnos más cercanos a las personas y que las personas se sientan más cómodas en nuestra presencia.
• Contacto visual: En la misma línea que lo anterior. No hablamos de mirar constantemente a los ojos, pero si la mayor parte del tiempo durante la conversación (tanto escuchando como cuando hablemos). Esto hace que la persona se sienta escuchada y atendida. Es cierto que si nos cuesta relacionarnos es un paso complicado, implica mucha intimidad, pero puede entrenarse con facilidad.
• Escucha: cuando hablamos de socializar hablamos de un proceso activo en el que habrá veces que implique más iniciativa por nuestra parte, pero también escucha. Escuchar más no siempre es sinónimo de absoluto silencio o falta de interacción. Para facilitar la fluidez de las conversaciones y mostrar a los demás que estamos atentos podemos preguntar sobre el tema, asentir y hacer comentarios concretos sobre las cosas que nos están contando, de esta manera estaremos mostrando nuestro interés.

Pide ayuda

Como hemos repetido varias veces a lo largo del artículo, las habilidades para ser una persona más sociable pueden entrenarse y mejorarse, porque es algo que aprendemos como seres sociales.

Si ves que tienes dificultades a la hora de relacionarse en algún ámbito de tu vida en concreto o en general puedes pedir ayuda. Aunque forme parte de nuestra personalidad o forma de ser, no es algo que se quede estático en nuestra vida.

La ayuda psicológica puede darte las herramientas para desarrollar los diferentes aspectos y tipos de habilidades sociales para relacionarte mejor con el entorno.