La fidelidad es uno de los elementos más comunes en las relaciones de pareja. Existen muchas formas de entender la fidelidad y es ahí donde reside la dificultad. ¿Existe una definición única de la fidelidad? ¿Es para todas las parejas o personas lo mismo? La respuesta es no, aunque en los modelos tradicionales y monógamos de las relaciones es una de las normas más frecuentes y que mayor importancia dan las personas, es un componente presente en la mayoría de vínculos afectivos, la clave está en la manera de entenderla. Muchas personas tienen dificultades en torno a este tema en sus relaciones. Las expectativas y definición sobre fidelidad/infidelidad de cada persona no siempre coinciden con quién comparten una relación . ¿De qué hablamos cuando nos referimos a una infidelidad?Aunque puede parecer una pregunta fácil de responder, en la práctica lo que es o no una infidelidad es muy complicado de definir de manera universal. Cada persona, pareja y relación tiene una manera de establecer y sentir los límites admisibles/inadmisibles en su vínculo. Las ideas de cada miembro, sus expectativas anteriores, costumbres, aprendizajes, contexto, cultura… Todas estas cosas influyen en la manera que entendemos el compromiso e influyen en los modelos relacionales que tenemos. Es por esto que, lo que una persona puede considerar una infidelidad, otra no lo haga. Puedo encontrarme que los límites de una pareja sean completamente diferentes a lo que yo entiendo por fidelidad. De ahí que sea tan importante la comunicación y sinceridad al inicio de las relaciones sobre este tema. A nadie se le ocurriría en una primera cita elegir el plato que pediría la otra persona sin consultárselo (podría no gustarle, ser intolerante o tener alguna alergia) debemos preguntar para conocer sus gustos, pero sí que estamos acostumbradas y acostumbrados a dar por hecho que lo que pensamos sobre la fidelidad tiene que coincidir con lo que piensa la otra persona. Automáticamente, relacionamos el compromiso con una única forma de entender la fidelidad, la nuestra. Esto puede generar situaciones de mucho malestar, confusión y desconfianza. Si para mí ser infiel implica desde un coqueteo por redes sociales hasta una relación sexual, pero para la otra persona ese límite se sobrepasa si hay un contacto habitual y sobre todo referente al plano del contacto físico, puede que estás diferencias de límites hagan que el bienestar de la pareja se vea afectado. La clave está en el compromiso de cada pareja En las relaciones consideradas más convencionales seguimos teniendo una gran tarea pendiente, plantearnos y cuestionarnos qué implica nuestro compromiso al iniciar una relación. Las ideas sobre el amor que vemos en la ficción, los mitos del amor romántico y nuestros modelos tradicionales hacen que tengamos la sensación de que estos acuerdos que deben establecerse entre cada uno de los miembros de la relación se den por hecho, vienen dados en nuestro imaginario colectivo. No es común que se establezcan o se hablen los límites de cada persona en estos aspectos de antemano, más bien se van descubriendo y acordando a medida que nos enfrentamos a situaciones de conflicto. Mucho tenemos que aprender de otros modelos relacionales en los que no se da por hecho la estructura tradicional y deben establecer límites y normas desde el principio. ¿Qué es para mí la intimidad? ¿Dónde están mis límites en el contacto con otras personas? ¿Qué entiendo por fidelidad/infidelidad? Ser capaces de comunicar esto previamente implicaría habernos permitido conocernos, saber qué buscamos, qué queremos y qué no estamos dispuestas/os a sobrepasar. Básicamente, nos permitiría comenzar las relaciones con un mayor conocimiento y asertividad, aunque esto se vaya revisando y pueda cambiar con el paso del tiempo en las relaciones. Así pues, la definición más general que podemos dar sobre una infidelidad sería la ruptura del acuerdo previo de las normas y límites en una pareja en lo referente al contacto emocional y físico con otra persona que no es su pareja habitual. Entendamos como ese contacto emocional y físico está basado en un vínculo afectivo y romántico que tenemos en exclusividad con esa persona. ¿Podemos hablar de causas que nos llevan a cometer una infidelidad? Cuando hablamos de causas que pueden llevar a una persona a ser infiel a su pareja es un tema complicado. Cada pareja es un mundo y la situación, que podamos estar experimentando, le afectarán diferentes factores y circunstancias. Es cierto, que sea lo que sea que pueda llevarnos a esta situación, es una forma de afrontar una dificultad o carencia que lejos de ayudarnos genera mucho dolor en la relación y en las personas implicadas. Se habla de rutina, monotonía, necesidad de novedad, una vía de escape de los conflictos, sentir esa ilusión y subidón de los comienzos, una descompensación en el deseo sexual de la pareja, sentirse insatisfecho/a en algún área, venganza, búsqueda de un reconocimiento que no encontramos en la relación… Todos estos hechos pueden generar tensión y conflicto en las relaciones que deben resolverse para estar a gusto con nuestra pareja y en la relación, pero la infidelidad no es una herramienta o hecho que facilite o ayude a resolver o mejorar estas situaciones. ¿Cómo superar una infidelidad?Es evidente que una infidelidad, independientemente del concepto que tengamos y los límites que establezcamos, desestructura el equilibrio y bienestar de una relación. No siempre hablamos de continuar Tenemos que entender que cuando hablamos de superar una infidelidad no es sinónimo de continuar la relación. No en todos los casos la solución podrá ser perdonar y seguir adelante. Tendremos que hacer un trabajo personal y en pareja para averiguar si nuestro camino puede ser construir de nuevo esos cimientos de confianza necesarios en toda relación o abordar una ruptura y continuar por separado. Si decidimos continuar con la relación es importante entender que algo tendrá que cambiar, que estamos en una etapa de crisis, de establecer de nuevo los límites y de volver a confiar. Esto requerirá compromiso y trabajo, por eso debemos estar seguros/as de que queremos hacer esto. En este camino puede que descubramos que no podemos continuar o puede que desde el principio no queramos ni intentarlo porque es razón más que suficiente para poner punto y final la relación. No debemos considerar una ruptura como un fracaso, si es lo que necesitamos. Dar cabida a nuestras necesidades y no dejarnos llevar por la inercia de una relación es permitirnos escuchar lo que queremos y no alargar un sufrimiento mayor. El duelo Sea cual sea el camino que escojamos e intentemos para continuar tras este bache, debemos entender que la persona necesitará tiempo para pasar por este duelo. En toda infidelidad se ve afectada y deteriorada uno de los pilares más fundamentales: la confianza y esto se puede vivir como una gran pérdida y crisis sobre todo lo que creíamos y pensábamos de nuestra relación. Gestionar la incertidumbre Aunque en este tipo de situaciones tendemos a necesitar entender el porqué, buscar la causa, la culpa, el origen, cómo podríamos haberlo evitado… No siempre vamos a poder entenderlo todo, ni todas las explicaciones van a satisfacer nuestro dolor. Aunque puede que haya cosas que debamos trabajar en la pareja o que no estuvieran funcionando de forma idónea, eso no significa que esté justificado el dolor que estamos sintiendo. Una infidelidad suele tener una causa, pero solemos llegar a este punto por temor a enfrentarnos a un conflicto, a nuestros verdaderos sentimientos o a una ruptura, por no comunicarnos antes con nuestra pareja y evitar así que la situación sea más complicada aún. Es importante también que detectemos si pueden estar manipulándonos en esos momentos de vulnerabilidad con explicaciones como “es que no me dabas lo que necesito” o situaciones que pueda estar produciéndose el fenómeno “gaslighting” en el que intentan convencernos de cosas que no son ciertas para justificarse: “me diste a entender que podía”. Puedes leer más información sobre este fenómeno en este artículo. Nuevos acuerdos Si decimos continuar con la relación es importante poner sobre la mesa de nuevo los límites, la manera de entender nuestro compromiso para poder volver a construir en la confianza. Es momento de hablar de esas cosas que estuvieran yendo mal o que no os gustan de la relación. Si existe un verdadero compromiso de compartir un proyecto común debemos escuchar y expresar sin juzgar. Es necesario encontrar y trabajar en los problemas que hay de fondo y poder pactar de nuevo juntos. Pide ayuda profesional Pese a todo ello, continuar una relación suele ser muy complicado tras una infidelidad. Dependerá de la forma y momento de la relación en la que se ha producido, pero muchas personas no consiguen seguir adelante sin cargar con culpa, reproches, celos y control. Si aun así se tiene la disposición para trabajar en resolver estas diferencias y conflictos la terapia de pareja puede ser fundamental para poder negociar, trabajar la confianza y los problemas de fondo y los que puedan surgir tras la infidelidad en la pareja. |
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