Consejos para mejorar la convivencia en pareja durante las vacaciones en Valencia

¿Sabíais que la temporada estival suele traer consigo un mayor porcentaje de rupturas amorosas? 

Cualquier relación de pareja puede verse afectada en las vacaciones por crisis, discusiones y choques que no tienen en su día a día, o por acumular situaciones tensas que no están bien resueltas. Tener en cuenta que estar acostumbrados a verse determinados días a la semana o en determinados horarios, compartir la rutina con otros estímulos como el trabajo, las responsabilidades familiares o el grupo de amigos, y de repente pasar las 24 horas del día junto a una persona, o grupo, puede resultar un poco agobiante en ocasiones. Esa desconexión que debería de ser total para cargar las pilas hay que saber compartirla. 

En las primeras etapas del enamoramiento tendemos a sentir una conexión completa con nuestra pareja, pero esta conexión no representa la realidad de lo que luego será la relación. La rutina, el paso del tiempo, la convivencia... Son factores que pasan factura a la relación. Tanto en positivo como en negativo las relaciones avanzan y evolucionan. En los primeros momentos todo es querer estar juntos, sin ver o valorar los fallos sin cansancio, pero este sentimiento no puede durar eternamente. 

Por ello las vacaciones de muchas parejas ya establecidas y asentadas, e incluso las que llevan poco tiempo, pueden resultar un punto crítico aunque sean un momento de desconexión y descanso. 

¿Qué factores pueden influir? 

El espacio personal 

El resto del año, pese a las obligaciones y responsabilidades que nos generan estrés, podemos estar acostumbrados a estar más a nuestro aire, más independientes y con más espacios personales para llenar. 

En las vacaciones es normal y lógico tener que ceder parte de ese espacio y tiempo a nuestra pareja, a sus necesidades, a tiempo compartido en común y a más actividades sociales. 

Esto puede generar cierta frustración en la sensación de querer desconectar de todo, incluso de nuestra pareja. Por ello la comunicación es esencial para saber cuando ceder y cuándo pedir un poco de espacio personal, sin tomárnoslo como algo negativo. De esta forma evitaremos el sentimiento de que nuestra pareja nos agobia o no nos permite hacer las cosas que de normal hacemos y nos gustan, y sin perder de vista que puede ser una oportunidad para compartirlas con ella. 

Aprovechar el tiempo 

A veces ocurre, que el conflicto lo genera el hecho de tener la sensación de no estar haciendo nada. La presión de creer que en vacaciones para aprovechar el tiempo hay que hacer más actividades que nunca. Es cierto que es muy positivo realizar planes que durante el año no podemos, pero debemos siempre tener en cuenta que el descanso también es importante y que para gestionar el tiempo de forma óptima tenemos que dejar también espacio para improvisar. Podéis leer algunos consejos de cómo hacerlo en el artículo anterior (ver aquí).
También ocurre que una de las partes de la pareja tira más de la iniciativa vacacional y siente que todo el peso de hacer cosas recae en ella. Debemos ser capaces de turnarnos para elegir planes, para dar el primer paso y para organizar. 

Atención en las cosas malas 

Como hemos comentado antes, al tener más tiempo libre en vacaciones no solo estaremos más predispuestos a querer hacer cosas nuevas o cuidar nuestro espacio personal, también tendremos más espacio para la convivencia continua y eso hace que podamos fijarnos más en las cosas que nos molesta de nuestra pareja. 

No podemos valorar más lo negativo que lo positivo. Esto no significa que tengamos que tragar con cosas que nos molesten o nos hagan daño, pero debemos evitar la tendencia de quejarnos de lo malo y de no agradecer lo positivo. 
Las altas expectativas en un viaje o una escapada romántica también pueden hacernos caer en este error. Las cosas no pueden salir siempre como deseamos o hemos planeado, así que debemos conocer las necesidades que tenemos, pero aprovechar las experiencias que estamos viviendo. 

¿Qué podemos hacer? 

La terapia de pareja en las crisis vacacionales 

A veces, caemos en el error de pensar que una crisis de pareja se solucionará cuando tengamos más tiempo libre y espacio. Es cierto que disponer de un tiempo de calidad para compartir en pareja es esencial para mantener una relación sana y positiva, pero si tenemos problemas y no los resolvemos ese tiempo siempre se verá afectado por lo negativo. 

Herramientas que nos aporta la terapia de pareja: 

Nos ayuda a crear espacios de comunicación, para así poder aprovechar de forma positiva los de desconexión. Cuando tenemos una comunicación fluida con nuestra pareja somos capaces de escuchar sus necesidades y de expresar las nuestras. Debemos dejar de jugar a ser adivinos o a pretender que lo sean. 

Si reforzamos la comunicación reforzaremos el vínculo emocional. Estaremos más predispuestos a expresar cómo nos sentimos y caeremos menos en los reproches y centrarnos en lo negativo. 
Aprenderemos a gestionar los horarios y los espacios. En vacaciones, y durante todo el año, todo cabe si aprendemos a gestionarlo y llegar a acuerdos. Amigos, pareja, aficiones, familia.... son facetas que es necesario cuidar en nuestro espacio personal. 

Aprender herramientas para gestionar los conflictos. Es fundamental que la buena comunicación aparezca tanto en los momentos tranquilos como en los momentos de tensión. 

Consejos para mejorar la convivencia en pareja durante las vacaciones 

• Aprended a sacar tiempo para realizar actividades agradables a realizar en pareja, y no necesariamente solo durante los fines de semana. 
• Respetar el hecho de que cada miembro de la pareja necesita tiempo para estar a solas o dedicado a sus aficiones particulares. 
• Acostumbrarse a expresar valoraciones positivas acerca del otro, y no sólo centradas en la imagen sino también en sus acciones y sus logros. 
• Involucrarse en la escucha activa, mostrando interés e implicación en lo que el otro tiene que decirnos. 
• En las discusiones y conflictos que surgen a veces con el ser querido, evitar ponerse a la defensiva e interesarse por la perspectiva del otro para llegar a soluciones y acuerdos. 

Tener discusiones en verano es tan natural como tener discusiones con nuestra pareja en cualquier época del año. El problema viene cuando esas discusiones no se gestionan de la forma correcta y acaban pasando factura en una época en la que venimos desgastados del año y del estrés del día al día. Por ello, debemos intentar que las discusiones tengan un valor positivo cuando se resuelvan y nos sirvan de guía para mejorar la relación, nunca para centrarse en el reproche por el reproche.