La infidelidad suele ser uno de los golpes más duros que puede recibir una relación. No solo rompe la confianza, también afecta a la autoestima, a la estabilidad emocional, despierta sentimientos y sensaciones muy intensas y deja tras de sí un vacío difícil de llenar, una incertidumbre muy pesada. A pesar del dolor, muchas personas deciden apostar por reconstruir lo que se ha dañado. Esto es tan válido como decidir dejar la relación. Lo importante es que la decisión que tomemos vaya encaminada a estar mejor y poder sanar, sea juntos o separados. ¿Es posible volver a confiar?La confianza es una creencia que se basa en la interacción que tenemos con la persona, pero también en factores sociales y nuestra propia historia personal. Esto debemos de tenerlo en cuenta. Nuestros modelos de apego en la infancia, experiencias en otras relaciones, nuestras relaciones de amistad. Muchas cosas influyen, al igual que nuestra propia autoestima y percepción de nosotros mismos. Obviamente, hay situaciones que evocan la desconfianza y la perjudican. Así que sí, podemos trabajar la confianza siempre. En cualquier ámbito de nuestra vida, siendo conscientes de que nuestro éxito no estará solo en que la relación no se rompa, si no que en vuelva a funcionar y nos sentimos a gusto, no vale un recuperarse a toda costa. El objetivo no siempre es seguir juntos. El objetivo es sanar. Impacto real de la infidelidadCuando ocurre una traición, no solo se quiebra un acuerdo entre las dos personas, también provocan y desencadenan múltiples emociones que se hacen imposibles de gestionar al principio. Quien ha sido engañado puede experimentar un amplio abanico de emociones: rabia, tristeza, ansiedad o confusión. Y quien fue infiel, culpa, miedo o arrepentimiento. Esto es importante resaltarlo, también. Si hablamos de trabajar en la relación tenemos que pasar página respecto a etiquetas víctima-culpable y hablar de responsabilidades. Por eso es esencial en una intervención psicológica un enfoque terapéutico que ofrezca claridad, contención y dirección en este camino. Estrategias para volver a comunicarseDejar atrás la sensación de desconfianza es complicado. Hay momentos que nos sentiremos mejor o peor, por eso es muy importante entender que la infidelidad. Romper la confianza es un duelo y como cualquier duelo sus fases son circulares, van y vienen. Las transitamos, pero no siempre en línea recta y hacia delante. Respetar los tiempos emocionales Es complicado no caer en las conversaciones en “caliente”, pero antes de abordar conversaciones profundas, es vital procesar las emociones y establecer momentos para hablar. De esta manera podremos mantener conversaciones más fructíferas y no caer en hablar constantemente del tema para reprochar. Obviamente, es lógico que el malestar nos lleve a esa necesidad o ese descontrol, pero si queremos avanzar debemos permitirnos ordenar las ideas, por ambas partes. Crear un espacio seguro para dialogar Esto también es importante. Un espacio físico y emocional. Debemos crear un ambiente en el que se pueda hablar desde el respeto, sin interrupciones y no cualquier lugar vale. Expresar sin herir Es importante poder expresar desde lo que sentimos, no desde el reproche. Los ataques no pueden ser nuestro mecanismo para defendernos ni para iniciar conversaciones. Es complicado, sobre todo al principio, no caer en este tipo de circunstancias, ya que la persona engañada se siente atacada de base. En ocasiones la persona que ha cometido la infidelidad tampoco sabe gestionar la culpa y tiende a tener una actitud defensiva. Practicar la escucha empática sin juzgar y luego poder expresar si estamos de acuerdo, discrepancias o alternativas es clave. El control no es transparencia Es importante no caer en el control confundiéndolo como una muestra de confianza. Puede parecer muy evidente, pero es realmente tentador desde ambas partes usar este tipo de conductas que respaldan fácil la confianza, pero son una trampa. No queremos confianza desde la vigilancia, queremos recuperarla desde la honestidad y la apertura, respetando todos los tiempos. Así que actitudes como comprobar el móvil, pedir explicaciones constantes o querer saber donde está la persona en todo momento no deben de ser nunca nuestras herramientas para gestionarlo. La importancia de un acompañamiento profesionalA veces, las heridas son tan profundas que resulta necesario contar con un espacio profesional y neutro para poder avanzar y desenredar. En terapia de pareja se trabaja para facilitar ese espacio, donde ambas partes vayan caminando hacia el entendimiento y, en muchos casos, hacia una nueva forma de estar juntos o de dejar la relación de la forma más saludable posible. Es duro asumir que, a veces, ese es el resultado, pero que exista esa opción también hace real la otra. No todas las parejas eligen continuar. En terapia encuentran las respuestas más allá de las apetencias primeras y eso también es válido y valioso. La terapia ayuda tanto a reconstruir como a cerrar bien. Lo importante es no quedarse atrapados en la culpa o en la herida abierta, en bucles o en relaciones que nos hacen sentir mal. ¿Qué se consigue en terapia?Desenredar los pensamientos Ponerle palabras a lo que pensamos, a nuestras emociones es realmente relevante. La persona que ha sido traicionada suele estar atrapada entre la rabia, el dolor y la ambigüedad. La terapia ayuda a expresar todo eso sin miedo a ser invalidada o culpabilizada. La responsabilidad no la culpa Obviamente, hacer daño o romper la confianza genera culpa, pero esta emoción es valiosa un tiempo determinado, quedarnos ahí atrapados paraliza. Quien ha cometido la infidelidad puede experimentar muchas emociones negativas, como vergüenza. La terapia permite asumir la responsabilidad sin caer en una parálisis o en sentir constantemente culpa. Cada relación es un mundo No existe una fórmula mágica para ningún problema en concreto y menos en términos relacionales. Para cada pareja los acuerdos y la confianza son cosas diferentes y en terapia podemos conseguir redefinirlos a nuestra manera, no solo recuperarlos. Si se decide continuar, esto es esencial. Fortalece la confianza, volver a ponerla sobre la mesa y poder identificar puntos fuertes, débiles y puntos en común. En definitiva, la terapia de pareja no busca "borrar" la infidelidad, pero puede ayudar a ubicarla, comprenderla y volver a poner sobre la mesa herramientas olvidadas para mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con la otra persona. |
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