Con la llegada de la navidad muchas personas se ven abrumadas por ese ambiente de luces y felicidad, que parece que tiene que darse sí o sí en nuestras vidas durante este mes del año. Para muchas personas esta época representa un momento para compartir tiempo con la familia y amigos, con sus seres queridos, pero para muchas otras puede representar todo lo contrario, una época en la que la soledad se ve intensificada y tienen la sensación de no estar conectados con nada ni nadie. La sensación de soledad puede generar mucho malestar en diferentes momentos de la vida, sobre todo si no es elegida. No siempre hablamos de una soledad física, hablamos de no sentir ese apoyo y acompañamiento. Esa sensación de no poder compartir con otros aquello que es importante para nosotros y nosotras mismas. ¿Qué es la soledad? Podemos definirla como “la ausencia real o percibida de relaciones sociales satisfactorias, que pueden venir acompañadas de estrés psicológico.” La soledad no es siempre algo malo. Podemos estar o sentirnos solos por muchas razones. Podemos incluso anhelar una época en la que mayoritariamente estemos solos, necesitar espacio, necesitar enfrentarnos a cosas que requieran focalizarnos sólo en nosotros mismos. Estar solo y sentirse solo son cosas completamente diferentes. Podemos sentirnos solos estando rodeados de gente; y no tener a nadie alrededor y no sentir que nos falta apoyo y compañía. El problema reside cuando no elegimos esa soledad. Cuando nos es impuesta por alguna circunstancia de la vida que no podemos controlar. En estos casos, puede llevarnos a experimentar emociones negativas por la falta de conexión, comunicación e intimidad con otras personas. En esta época del año podemos sentirnos así por muchas razones. Como hemos comentado antes, la comparación con otros/as, el contraste y los mensajes con los que nos bombardean constantemente de reunión y reencuentro pueden generar que esos sentimientos de soledad se intensifiquen, ante la ausencia de un ser querido que ya no está o la falta de compañía, por ejemplo. La soledad afecta a nuestro estado emocional y bienestar psicológico pudiendo pasar factura a nivel físico también. Impacta directamente en nuestra salud, sobre todo cuando no es elegida. Debemos tener en cuenta que pese a que la soledad no es siempre mala, poder contar con apoyo social, con personas que se preocupan de nuestras circunstancias y dificultades es siempre un factor protector. Razones por las que en navidad es más complicado gestionar la soledad:
Os recomendamos este artículo de nuestro blog. ¿Qué podemos hacer para superar la soledad en Navidad? No busques cumplir con lo que se espera de estas fechas No hay una única forma de vivir la navidad para disfrutarla. No estás obligado a vivir estas fechas según lo establecido. Puede que no tengas la oportunidad de pasarlas con las personas que te gustaría, pero no siempre tiene que implicar el aislamiento. No idealices los anuncios y mensajes que nos mandan constantemente. Si estás lejos de casa intenta reunirte con otras personas conocidas aunque no sean la familia o amigos más cercanos. Puedes realizar actividades de ocio que te gusten, disfrutar de tus intereses aunque te toque hacerlo en soledad. El sentimiento de soledad puede llevarnos a aislarnos más todavía, aunque sea contradictorio y justo lo que no queremos. Hacer actividades y permitirnos cambiar de ambiente puede ayudarnos. Podemos sacar partido a estas fechas aunque no sean de la forma que estamos acostumbrados o como marca la norma. Si sientes la falta de un ser querido que ya no está intenta comunicarte con las personas que sí que siguen aquí contigo. Recuerda desde el diálogo compartido esas experiencias en las que también ellos y ellas estaban presentes. Pide ayuda Como hemos comentado antes la soledad en navidad se ve intensificada por la percepción que tenemos de estas fechas a nivel de sociedad. Pese a ello, puede haber circunstancias determinadas que agravan esta situación. La ayuda psicológica puede dotarnos de las herramientas de comunicación, gestión emocional y aceptación que necesitamos para afrontar nuestras circunstancias actuales y ser capaces de afrontarlas.
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