Consejos para superar la vuelta al trabajo en Valencia

Seguro que no es la primera vez que oyes hablar del famoso síndrome postvacacional.

Muchas personas han tenido que incorporarse ya a su rutina de trabajo, otras están disfrutando de los últimos días de las vacaciones y algunos todavía no las habrán empezado, pero casi todas las personas experimentan sensaciones negativas con el retorno de la normalidad y tener que dejar atrás esos buenos momentos de desconexión y descanso. 

La importancia de las vacaciones

Disfrutar de un periodo de descanso es necesario para todas las personas, sea en mayor o menor medida. 

En función de nuestras condiciones laborales y situación estas vacaciones serán más o menos extensas, pero debemos intentar disfrutarlas. El descanso mental y físico tiene repercusiones positivas sobre nuestro bienestar emocional a corto y largo plazo. Con ello conseguimos mejorar el rendimiento, aumentar la productividad a la vuelta, tomar mejores decisiones y saber valorar las situaciones de manera más efectiva, dormimos mejor, reduciremos el estrés, el cansancio acumulado, aumenta nuestra autoestima y motivación y alimentamos los vínculos con nuestros seres queridos.

¿Qué es el síndrome postvacacional? 

Volver a la rutina no es fácil. Dejar atrás todos los recuerdos, el tiempo libre para nuestras aficiones y nuestros seres queridos, las experiencias, el descanso, la desconexión…

Durante las vacaciones hemos desconectado y cuesta mucho volver a enfrentarse a las obligaciones y tareas de nuestros trabajos, estudios y responsabilidades. 

Cuando hablamos del síndrome postvacacional nos referimos a una serie de síntomas que pueden afectarnos de manera física y psicológica. Sentimos una falta de energía, apatía, desgana, sensación constante de cansancio, podemos estar más irritables, sensibles, con un estado de ánimo bajo, nos cuesta concentrarnos, etc. En resumen, nos sentimos mal. 

Evidentemente esto nos resulta muy desagradable, pero tiene fecha de caducidad y debemos de ser conscientes de ello. 

Ya hemos hablado en otras ocasiones que el hecho de tener vacaciones no sirve por sí solo. Para que estos días de descanso sean reparadores y nos permitan recargar las pilas debemos de notar un cambio en nuestras rutinas y actividades diarias, un cambio en la planificación, en la forma de pensar del día a día y de lo que nos ronda en la cabeza.

Esto nos demuestra que para cualquier cambio necesitamos un periodo de adaptación, ya sea para las vacaciones o para volver de ellas.

Así que, cuando conseguimos adaptarnos a los horarios del trabajo, a la marcha normal del día a día, esta sintomatología suele ir desapareciendo progresivamente. Básicamente es nuestro cuerpo y nuestra mente adaptandonos de nuevo 

Por ello, es normal tener alguno de estos síntomas en las primeras semanas de la vuelta al trabajo, pero si persisten en el tiempo puede ser necesario pedir ayuda, como comentaremos más adelante.

Pese a todo, no debemos resignarnos simplemente a estar mal porque es algo habitual o que nos pasa siempre. Podemos intentar sobrellevar mejor esta vuelta a la rutina teniendo en cuenta algunas cosas. 

Consejos para superar la vuelta al trabajo

La vuelta mejor con tiempo

Como salir de la rutina puede ser tan difícil como volver a ella lo mejor es no incorporarse de golpe. Guarda algunos días en los que vayas tomando contacto con ella poco a poco. Que tengas tiempo de deshacer maletas, volver a casa, iniciar una rutina de sueño progresiva, poner en orden las cosas que necesitas para la vuelta, adaptar el horario… 

Algo muy importante es cuidar la rutina del sueño. Nuestros horarios van a volver a cambiar. Unos días antes empieza a tener un horario más similar al que tendrás cuando vuelvas al trabajo o al centro de estudios. Que no te pille el primer madrugón de golpe. 

Escúchate

Este consejo vale para cualquier época del año, pero cuando estamos adaptándonos a algo nuevo o estamos experimentando un cambio es todavía más importante. 

¿Qué sientes? Permítete no sólo experimentarlo sino también expresarlo, sentirlo y soltarlo. 
Debemos estar atentos a nuestras emociones y sentimientos. 

Cuida tu tiempo libre

Que se acaben las vacaciones no significa que tengamos que abandonar esos momentos de desconexión por completo. Es evidente que en la rutina de trabajo los días libres no son como en las vacaciones más largas del año, pero también nos sirven para recargar las pilas y sentirnos motivados. 

Planea alguna actividad en tu próximo día libre que te motive y alimente esas energías positivas. 

Marcar objetivos realistas en el trabajo

Cuidado con la sobrecarga de trabajo. Es evidente que cuando paramos puede acumularse una serie de tareas pendientes, pero eso no significa que tengamos que hacerlas todas de golpe. Organízate de antemano antes de ponerte a gestionarlas. 

Retoma rutinas como la buena alimentación y el ejercicio: 

Puede ser que en vacaciones descuidemos un poco más la alimentación, consumamos más bebidas alcohólicas o abandonemos la rutina de ejercicio. Retomar estas actividades puede ayudarnos a entrar más rápido en nuestra rutina, además de mejorar nuestro estado de salud físico. 

Recuerda que el deporte ayuda y facilita a tu cerebro a sobrellevar situaciones de estrés y mejora la calidad del sueño. 

Pide ayuda

Como hemos comentado antes, si esta sintomatología se alarga en el tiempo es esencial pedir ayuda. 

Si nos sentimos así por más de 15 días y no conseguimos restablecer la marcha normal con un buen estado emocional sería recomendable pedir ayuda a un profesional. 

Estos últimos meses y con toda la situación que arrastramos del covid los cambios de rutinas pueden costarnos más. Que sea normal un periodo de adaptación molesto tras las vacaciones no significa que tengamos que aguantar estas circunstancias eternamente y resignarnos. 

A veces los cambios cuestan, a veces arrastramos estrés laboral o dificultades para afrontar el día a día que simplemente paralizamos en vacaciones, pero que a la vuelta siguen estando.