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Fobia a los petardos o ligirofobia: Causas y cómo superarla en Valencia

Fobia a los petardos o ligirofobia: Causas y cómo superarla

Muchas persona sienten una molestia o se asustan cuando escuchan ruidos fuertes o muy agudos. Podemos ser más o menos sensibles y disfrutar más o menos con determinada actividades que implican niveles de sonidos elevados, pero en algunas ocasiones puede convertirse en un miedo limitante e incapacitante. 

Los miedos ante determinados estímulos, situaciones u objetos son muy comunes.  Es más, se calcula que un 4% de la población española sufre algún tipo de fobia. 

¿Qué es una fobia?

Las fobias son de los trastornos de ansiedad más comunes y extendidos. 

Una manera muy sencilla de entender la fobias es a través de lo que comúnmente llamamos miedos. Son exactamente eso, temores a un estímulo específico que impiden que llevemos a cabo determinadas acciones o activan nuestros mecanismos defensivos y de huida de forma indiscriminada. 

Las fobias pueden interferir en el curso normal de la rutina de una persona, impidiéndole llevar a cabo actividades cotidianas y necesarias para desenvolver su vida. 

La evitación al estímulo temido se convierte en una anticipación ansiosa a su aparición que genera malestar acusado impidiendo seguir con el curso normal de sus actividades laborales, académicas o sociales.

¿Cual es su origen? 

Aunque sus orígenes suelen relacionarse más con vivencias de la infancia, a lo largo de toda nuestra vida pueden presentarse situaciones en las que tras una experiencia de asco, de miedo intenso o un susto sin preaviso nos deje huella. De esta forma, cuando aparece el estímulo, o cualquier cosa que nos recuerde a él, se activa de nuevo nuestra vivencia de esas sensaciones desagradables del pasado con la misma intensidad que las experimentamos entonces.

También se ven involucradas las percepciones de peligro que desarrolle cada persona de forma individual. Si esta expectativa coincide con la experiencia que la persona sufre del estímulo, la fobia tendrá más probabilidades de desarrollarse. 

El aprendizaje condicionado, las respuestas ante el miedo, la información que posee cada persona sobre las amenazas, el apoyo que recibe de su círculo social y las habilidades de afrontamiento son otras características que influyen a la hora de establecerse las fobias.

¿Fobia a los ruidos fuertes?

Cuando hablamos de un temor (que interfiere en nuestra vida cotidiana) a los ruidos fuertes, como los petardos, nos referimos a la fobia denominada ligirofobia. Consiste en un trastorno de ansiedad que se relaciona con percepción de los ruidos fuertes y estridentes.

La ligirofobia se considera una fobia específica, caracterizándose por el miedo a un estímulo en concreto (en este caso los sonidos fuertes o estridentes provenientes de petardos, explosiones de globos o incluso algunas voces). 

Lo curioso de las fobias, es que una vez establecidas no siempre necesitan del estímulo para que se genere la respuesta ansiosa. En muchas ocasiones, con prever y anticiparse a la posibilidad basta para que se presente la respuesta fóbica. 

No suele ser una fobia muy común, pero estar presente en Valencia en época de fallas puede ser una verdadera angustia si sufrimos este malestar.

Síntomas

Aunque la ligirofobia suele asociarse más a niños pequeños, los adultos también sufren de este trastorno de ansiedad y su sintomatología. 

Las fobias son un trastorno de ansiedad y por ello llevan de la mano toda una sintomatología relacionada con la activación del sistema nervioso: palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, movimientos viscerales, perder el control voluntario del cuerpo, hiperventilación, sudoración o incluso en niveles muy elevados un ataque de pánico. 

Toda esta sintomatología es característica de la ansiedad. Como tal la respuesta ansiosa puede resultar adaptativa, cumple una función necesaria de protección ante estímulos nocivos y puede ser beneficiosa para la concentración, la eficacia y el rendimiento social y laboral. Pero, cuando la ansiedad no es adaptativa, estas características se activan ante estímulos no amenazantes y que no conllevan un peligro real. 

A nivel cognitivo, se presentan pensamientos y creencias sobre la situación temida que tienen como consecuencia interpretaciones erróneas y catastróficas de la situación y de las propias capacidades para afrontarla. Estos pensamientos son los que no llevan a tener conductas de evitación que dificultan y limitan nuestro día a día normal.

Para diagnosticar un miedo como una fobia siempre debe estar presente este criterio. El miedo debe provocarse ante estímulos irracionales y de manera desmesurada. 

Muchas personas son conscientes de que sus temores no son proporcionales a la realidad, pero aun así no pueden evitar reaccionar con respuestas más típicas de amenazas inmediatas y peligrosas. 

Consecuencias

Las personas ven su vida totalmente sometida y condicionada a evitar a este tipo de estímulos llegando a cambiar de vivienda o teniendo que huir de estas situaciones cuando se presentan. Sea de forma premeditada o automática les genera una gran interferencia a la hora de llevar una vida totalmente normal llevándoles a realizar conductas evitativas que los pueden distanciar de reuniones sociales u obligaciones laborales. 

En el caso de los residentes en Valencia, podemos ver familias que tienen que viajar fuera de la ciudad porque alguno de los miembros sufre esta fobia, jóvenes que no pueden acudir a ciertas reuniones con los amigos o que caminan temerosos por la calle. Otros la sufren con una elevada ansiedad que les afecta en otros aspectos de sus vidas.

¿Se puede superar una fobia?

Acudir a un profesional de la salud mental es esencial para superar y dejar atrás una fobia.

Las psicoterapia es una herramienta muy útil y eficaz a la hora de enfrentarse a las fobias. En concreto la terapia de exposición y la terapia cognitivo conductual resultan muy eficaces para el tratamiento de estos trastornos de ansiedad. 

Con la ayuda de un profesional que guiará todo nuestro proceso podremos:

  • Entender e interpretar de manera correcta la sintomatología ansiosa: comprobaremos que no solo está presente cuando aparece nuestro temor, en este caso los petardos, también aparece de forma constante en otros aspectos de nuestra vida, solo que no la interpretamos como una amenaza. 
  • Descubrir cuáles son las situaciones que más ansiedad y miedo nos generan dentro de la fobia específica.
  • Ir viendo, de forma progresiva y controlada, como podemos enfrentarnos a nuestro miedo e ir superandolo por fases. 
  • Adquirir herramientas para poder hacer frente a nuestros temores y no paralizar o modificar nuestros hábitos por ellos.

Tener un temor que nos dificulta algún aspecto de nuestra vida no es algo de lo que debamos avergonzarnos. Asumir que nos limita y buscar la forma para solucionar esta situación y poder progresar en nuestra vida requiere de mucha valía.

 

 

 

 

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