Cuando aparecen los cambios de temperatura en la primavera a veces nos sentimos cansados, tenemos fatiga, desgana… Todo este tipo de sintomatología se relaciona con la astenia primaveral. Aunque no se considera un trastorno como tal, lo que es evidente es que en muchas ocasiones afecta a cómo afrontamos nuestro día día de forma muy significativa. ¿Qué es la astenia?Podríamos definirla como un cuadro de sintomatología relacionada con una fatiga persistente. Una sensación de cansancio constante que no desaparece cuando dedicamos un rato a descansar. Se convierte en una constante durante esta época del año. El significado de la propia palabra lo dice “falta de fuerza”, y no solo nos referimos a sintomatología física, este cansancio afecta tanto a nivel físico como a nivel psicológico. La astenia se cataloga como un síntoma, una característica que es predictora. Puede ser síntoma de muchos trastornos, como los que afectan al sueño, enfermedades degenerativas, cáncer o consumo de ciertos medicamentos. Dentro de este tipo de sintomatologías está la asociada a los cambios de estaciones. La astenia primaveral es una alteración transitoria, al contrario que el trastorno afectivo estacional, que coincide con la llegada de la primavera y que tiene como consecuencia ese cansancio persistente y cambios de humor y del estado de ánimo. Causas de la astenia primaveralEn la astenia primaveral los cambios hormonales causantes de su sintomatología se asocia a los cambios de hora, la luz solar de la que disponemos en esta estación y estamos expuestos y de los cambios constantes de temperatura que se producen. Todo ello además provoca unos cambios de nuestra rutina a los que nos cuesta acostumbrarnos durante un tiempo. En nuestro organismo esto provoca una serie de modificaciones que provocan la secreción de algunas hormonas como, las endorfinas, cortisol o melatonina (que aumenta con la exposición a la luz solar). Todo ello provoca una alteración biológica a la que debemos adaptarnos por los cambios ambientales que estamos experimentando. Síntomas
Como hemos comentado con anterioridad, ninguno de estos síntomas son relativamente preocupantes a largo plazo, ni se consideran un trastorno como tal. Si se mantuviera un periodo de tiempo amplio si se recomienda acudir al médico por si se estuviese convirtiendo en una fatiga crónica. Respecto al repunte de la sensación de estrés debemos tener en cuenta que en personas que padezcan ansiedad toda esta sintomatología puede malinterpretarse como causa de otra cosa o trastorno más grave. Esto puede generar un aumento de los cuadros ansiosos cuando cohabitan con los síntomas de la astenia primaveral. En estos casos, es más difícil controlarlos y pueden extenderse más en el tiempo porque la ansiedad los mantiene presentes en nuestras vidas. En la mayoría de las personas su sintomatología desaparece en aproximadamente una o dos semanas, lo que tardamos en adaptarnos a todos estos cambios. En algunas personas ni siquiera aparece, ya que su adaptación puede ser rápida. También debemos ser conscientes que nosotros podemos ser víctima de estos síntomas un año y no el siguiente. No es algo que aparezca siempre en todas las personas. Si notamos que esta sintomatología está presente en todos los cambios estacionales estaremos hablando de un trastorno a los cambios estacionales. ¿Qué podemos hacer?Aunque este cuadro de síntomas sea pasajero podemos tomar una serie de medidas para hacerlo más llevadero y prevenirlo en futuras ocasiones. Cuidar nuestra dieta Una dieta equilibrada y consumir alimentos que nos aporten vitaminas y minerales sería muy recomendable. Al igual que consumir menos alimentos que sean hipercalóricos. El consumo de complementos alimenticios o vitaminas no sería necesario si no existe un déficit como tal, ya que esta sintomatología será pasajera y desaparecerá cuando se ajuste nuestro cuerpo. Hacer ejercicio El ejercicio físico puede facilitar liberar el estrés y ayudar a conciliar sueño. La liberación de endorfinas que se produce cuando realizamos actividad física puede ser de gran ayuda en estos momentos en los que nos encontramos con un estado de ánimo especialmente bajo. Hidratación Como las temperaturas aumentan será necesario estar alerta para mantener una hidratación adecuada. Llevar horarios estipulados Si estipulamos horarios que contemplen nuestro espacio de descanso, cuidados personales y alimentación estaremos ayudando a nuestro organismo a recuperar con mayor rapidez la rutina tras el cambio de hora. Higiene del sueño En la medida de lo posible intentar dormir entre 7 y 8 horas al día, cuidando nuestra zona de descanso y convirtiéndola en lo más confortable posible (oscuridad, alejada de los ruidos, esperar una hora tras la cena para acostarnos…) puede ser muy beneficioso para prevenir estas posibles alteraciones que se producen del sueño. Dejar tiempo para el ocio y desconectar Dejarnos un espacio en el que podamos desconectar, realizar actividades placenteras para nosotros mismos y estar con nuestros seres queridos siempre es muy beneficioso. En este caso será muy efectivo ante la sintomatología que nos deja sin motivación, fatigados y tristes. Técnicas de relajación Como hemos comentado antes, la astenia primaveral puede traer consigo características muy similares a algunas que sufrimos cuando tenemos ansiedad. En estos casos es muy recomendable emplear alguna técnica de relajación para evitar la preocupación excesiva y los posibles pensamientos irracionales derivados de ellos. ¿Cómo puede ayudarnos la psicología?En el caso de la astenia primaveral es importante que tengamos en cuenta la temporalidad. Como hemos estado comentado, su sintomatología no se alarga mucho en el tiempo. Si esto pasa, si notamos que estos u otros síntomas nos pueden afectar a nuestra vida cotidiana de manera más persistente, debemos descartar otras patologías tanto físicas como psicológicas. Puede que estemos sufriendo algún tipo de problema orgánico, anemia. También que padezcamos episodios de ansiedad, apatía, depresión u otras dolencias que afectan a nuestro estado de ánimo. En este caso, un profesional de la salud mental podrá sacarnos de dudas al respecto y descartar otras causas más relevantes. Además, cualquier situación vital que estemos pasando y que pueda estar afectandonos por x o por y nuestra rutina e interfiriendo en nuestro día a día puede consultarse. Si está interfiriendo y causandonos malestar no tenemos porque aguantar a que pase. La psicología puede darnos las herramienta necesarias para hacer frente a una dificultad y poder sobrellevarla mejor, aceptarla, convivir con ella o lo que necesitemos en cada circunstancia concreta. Si tenemos dolores de cabeza recurrentes no dudaremos en acudir a nuestro médico para encontrar una posible causa y deshacernos de estos síntomas. El psicólogo cumple exactamente la misma función en lo referente a nuestro estado emocional y nuestro estado de ánimo.
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