Centrándonos en esta última pérdida, casi todas las personas experimentamos alguna ruptura sentimental en nuestra vida. Cada vez son menos frecuentes las relaciones de toda la vida. Lo más habitual es encontrarnos a lo largo de nuestro ciclo vital con varias relaciones de pareja. Estas rupturas no solo nos afectan el momento de sufrirlas y el proceso de superación. En muchas ocasiones, también dejan cargas que arrastramos hacia otras relaciones o áreas de nuestra vida, afectándolas. Por ello, es importante cicatrizar bien las rupturas y pasar por todo el proceso que implica superarlas. ¿Qué ocurre durante las rupturas?El desengaño, la traición, la comunicación, las expectativas, la desaparición del enamoramiento, decepciones, proyectos comunes incompatibles, la convivencia, factores externos, la familia, el trabajo, la vida misma… Todos estos factores, y muchísimos más, pueden generar conflictos en las relaciones de pareja. A veces, aun existiendo el amor debemos dejar atrás relaciones que no funcionan, decir adiós y continuar caminos separados. El amor por sí solo no basta, y todas las relaciones deben pasar por obstáculos que no siempre se superan. Siempre que una relación se acaba pasamos por un periodo de dolor, incertidumbre y desesperanza. Seamos nosotros los que hemos cortado la relación o no, el duelo es inevitable. Tenemos que adaptarnos todos a una nueva realidad, la queramos o no. Los cambios siempre son difíciles de asumir porque implica dejar atrás rutinas que ya habíamos establecido en nuestra vida y eso siempre asusta y cuesta de reestablecer. No podemos evitar “rompernos” de alguna forma a lo largo de nuestra vida, pero si podemos elegir aprender de ello y aprovechar estas situaciones para salir renovados en algún aspecto y volver a conocernos. Para ello necesitamos poner en marcha herramientas y estrategias psicológicas que nos ayuden a seguir avanzando hacia delante, aunque nos acompañe ese temor y tristeza. Cuando el desamor invade nuestra vida nuestro cerebro debe volver a acostumbrarse a vivir sin un estímulo que formaba parte indispensable de nuestro día a día, es como dejar de consumir una droga a la que somos adictos. Aunque pueda parecer exagerado, el proceso cerebral al que nos enfrentamos es muy similar. Debemos deshabituarnos de esa persona. Nuestro cerebro tiene síndrome de abstinencia. ¿Qué podemos hacer durante una ruptura de pareja?Debemos destacar que no existe una sola forma de enfrentarnos a las rupturas de parejas y que puede haber diferentes manera de afrontarlas que sean igualmente de efectivas y sanas. Con esto no pretendemos darle más valor a unas que a otras. Cada persona, por sus circunstancias vitales eligirá qué es lo mejor. Lo que sí que es cierto, es que hay ciertas actitudes que pueden beneficiar el proceso y otras que debemos evitar. Contacto cero Esta técnica hace referencia a un periodo de tiempo específico en el que evitamos ver, hablar y obtener información de nuestra ex pareja y su vida. Es decir, no solo implica no ver físicamente a la persona, también no saber nada de ella ni por nosotros ni por otros medios (redes sociales, conocidos, familiares, amigos en común…). Alejarnos por completo de los estímulos relacionados con nuestra ex pareja va a facilitar el duelo, sobretodo en las primeras etapas. Como hemos comentado antes, nuestro cerebro pasa por un síndrome de abstinencia y lo mejor para desengancharnos de alguien es evitar el contacto e información sobre esa persona, de esta forma facilitaremos la habituación a la nueva realidad. Eso sí, debemos de tener cuidado con no convertirlo en una estrategia perjudicial y con el objetivo de manipular. No es una estrategia para recuperar a nuestra ex pareja jugando con sus emociones. Fingir que hemos aceptado la ruptura y que queremos continuar adelante para recuperar a alguien solo nos provocará dolor, frustración y sufrimiento. Eliminemos esa creencia errónea de que las personas nos valoran más cuando nos pierden, porque si así fuese no valdría la pena esa relación. Aceptación Tanto de la ruptura como de las emociones que la acompañan. Como en cualquier duelo toda pérdida pasa por una serie de fases que debemos ir superando. Las emociones negativas son muy útiles para afrontar esta situación de forma sana. Todo debe de tener cabida, ni podemos estar bien de la noche a la mañana, ni podemos sentirnos solo mal el resto de nuestra vida. Hay que aprovechar los momentos que nos sintamos más motivados, y nos apoyemos en otras personas, para avanzar; y los malos momentos para reflexionar y aprender que no queremos que vuelva a ocurrir en nuestra vida. Las rupturas suponen un aprendizaje esencial para nuestra vida. Tenemos que darle sentido a lo que hemos vivido para poder restablecer nuestras nuevas rutinas, vivencias y todos los cambios vitales que vengan de la mano. En verdad, este concepto puede aplicarse a múltiples crisis que experimentamos a lo largo del ciclo vital. Quedarnos anclados en el pasado nos impide avanzar, progresar y evolucionar, sea en el ámbito que sea. No tener prisa Estar mal es molesto. sentirnos tristes es desagradable y echar de menos algo es una situación muy muy complicada de sobrellevar, pero tener prisa por superar una ruptura, y no dejarnos el espacio y el tiempo adecuado, puede traernos consecuencias muy negativas y retrocesos en el proceso. Debemos asumir el dolor y dejarlo salir, pero también dar pie a crear nuevas rutinas y cada cosa irá apareciendo poco a poco y cumpliendo sus ritmos. Esto también hace referencia a no iniciar relaciones sin haber dejado atrás las cargas que nos ha podido dejar la ruptura. Es evidente que no elegimos cuando nos enamoramos y que a veces esto puede ocurrir en un momento poco apropiado para nosotros. Aun así, confundir sentimientos de amor tras una ruptura es muy fácil, porque echamos de menos no solo a la persona, también a lo que nos daba y es peligroso engancharse a otra relación solo por recuperar aquellas cosas. Apoyo social Que sea un situación que debemos pasar y asumir no significa que debamos hacerlo solos. Las relaciones sociales son esenciales para que este proceso vaya por el buen camino, ya que realizan una función muy importante de ocio, nuevas rutinas, desconexión y apoyo emocional. Pedir ayuda Aunque todas estas estrategias y herramientas pueden ayudarnos a sobrellevar mejor y facilitar la superación de la ruptura puede haber ocasiones que nos sea muy difícil enfrentarnos a ello. No todas las rupturas son iguales y no solo afecta la forma que lo afrontamos. Existen muchos factores y circunstancias que no dependen de nosotros y pueden dificultar todo el proceso. Los profesionales de la psicología pueden ayudarnos a poner en marcha estrategias concretas que sean óptimas para nuestras circunstancias y para poder afrontar la ruptura teniendo en cuenta todos los aspectos que pueden intervenir (compartir trabajo, compartir amigos, la familia, hijos, pertenencias en común, infidelidades, traiciones…). Cuando rompemos una relación debemos redefinir muchos aspectos fundamentales de nuestra vida y no siempre es un proceso fácil o que sepamos cómo abarcar. |
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